miércoles, 11 de agosto de 2010

Recuerdo, no olvido, Roberto Brito

No puedo olvidar todavía
aquel día o aquella noche,
en que estuvimos bailando
en una pista, donde la ficha “es pan de cada día”..

Recuerdo tus pasos,
tus movimientos.
Recuerdo hasta los gestos que te adornaban esa noche.
Recuerdo claramente, cómo una lágrima resbalaba por la mejilla,
cuando te acomodabas el pelo, mientras yo tomaba por asalto tu cintura.

Recuerdo que la pista nos quedaba chica,
¿o es que nuestra emoción era muy grande?
Recuerdo que antes de tu llegada,
el salón se estaba cayendo (era un antro de “mala muerte”);
seguro era el estremecimiento que anunciaba tu llegada.

Recuerdo tus pantalones de mezclilla,
pero más recuerdo tu trasero,
que distraído apuntaba hacia mi vista
cuando, agachada, platicabas con alguien
de quien no quedó registro en mi mirada.

Recuerdo tu partida, cual vil Cenicienta
posmoderna.
El encanto se rompía
y yo, en la vil pendeja, me quedaba.

Recuerdo que ese día (o esa noche),
algo entre los dos nacía, y lo traigo bien prendido
en la bolsa de la camisa, para mirarlo cada noche.




IMÁGENES DE OMAR LEMUS EN ESTE NÚMERO

































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